Segunda parte de la saga "How to ruin", Amy ha vuelto a América, y ahora vive con su padre, ya que su madre se ha vuelto a casar y se ha mudado a los suburbios, y ella es una "chica de ciudad". Mutt, su perro, le da más quebraderos de cabeza de los que desearía y su nuevo vecino Nathan, ha difundido en el colegio el rumor de que se ha apuntado a un sitio de citas online para conseguir pareja para el baile. Un día Avi aparece en la puerta de su casa, en el peor momento y tiene que lidiar de repente con dos chicos y un montón de cosas que salen mal. Amy se tiene que poner a trabajar como castigo por usar la tarjeta de su padre.
El libro es muy agradable y te ríes con los líos que Amy monta con las citas de su padre. Y yo quiero un perro como Mutt.
Nathan termina siendo un personaje interesante, y estoy segura de que su camino es el de cruzarse con la nueva amiga de las chicas, Miranda, lo presiento. Y Avi, toda la escena del secuestro es simplemente genial. Estaba segura de que había encontrado la manera de quitarse las esposas al instante, que el chico está en el ejercito...
Me encantan los chicos de Simone Elkeles, esos chicos malos, pero con un corazón de oro, que adoran a sus chicas. Tienen ese punto "ácido" al principio, te capturan con su fuerza y se forman en la imaginación de una como unos tíos buenos. Estás deseando que te miren y cambien tu vida para siempre.
Amy se parece bastante a Britanny, en "Perfect Chemistry", solo que no tiene el "background" que tiene Britanny, por lo que sus tonterías cuesta más tolerarlas. Lo hace con cariño, pero, por ejemplo, lo de meterse en la vida de su padre y organizarle citas es un poco "demasiado", aunque sea porque adora a su padre y no quiere verle solo.
En conjunto, este libro es más común que la primera parte, no existe la parte de Israel, que le da el punto al primer libro, es solo un libro más, estilo comedia romántica, con toques extranjeros por las palabras en hebreo y los estudios de Amy para convertirse al judaísmo.
Le he dado un 5, como a la primera parte, porque me capturo al instante y me hizo saltar, sin casi respirar a la tercera parte.
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